En este proceso, quienes más pierden son los que padecen la enfermedad. ¿La razón? El Estado parece dejarlos a un lado e invierte poco en prevención y detección temprana para salvar vidas, y tampoco hay mucha conciencia de las políticas públicas que se requieren.
Adicionalmente, la academia es la gran ausente al generar ideas que no pueden ser aplicadas.
“El cáncer tiene un espacio pequeño, por ahora, y el fenómeno se repite en casi todos los países de América Latina. Cada país tiene diferentes méritos, pero se deberían sacar políticas comunes que beneficien a los pacientes. Las conversaciones regionales, por ejemplo, son estímulos que deberían potenciarse, hace falta mentalidad de consenso para agrupar voluntades y sumar”, señalaMaría Barón, directora ejecutiva de la Fundación Directorio Legislativo.
Para actuar frente a esta situación la experta sugiere no gastar mucho dinero sino invertirlo bien y tomar decisiones solo bajo evidencia científica.
Actualmente, en el país hay 16 proyectos de ley vigentes de salud, aunque solo uno de ellos está relacionado con cáncer, de acuerdo con cifras oficiales.
El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, presentó en 2013 el Plan Decenal para el Control Integral del Cáncer 2012-2021, con el objetivo de plantear “intervenciones oportunas, certeras y coordinadas para reducir la incidencia, mortalidad y discapacidad, así como mejorar la calidad de vida de niños y adultos que tienen la enfermedad”, de acuerdo con un comunicado de la entidad.
Sin embargo, de acuerdo con expertos, hay aún obstáculos para alcanzar esta meta: recursos finitos y fragmentados, falta de acceso y escasa información epidemiológica, poca coordinación de programas y diálogo insuficiente entre los involucrados.
EN DEFINITIVA
El control del cáncer debe incluir políticas para prevención, monitoreo y diagnóstico, cuidado en la atención, tratamientos, rehabilitación y cuidados paliativos, indicaron especialistas.
