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¿Cómo avanza la lucha contra el cáncer?

19.05.2018 11:21

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¿Cómo avanza la lucha contra el cáncer?

 

Los últimas dos décadas han sido testigo de grandes avances en la lucha contra el cáncer. El mayor conocimiento que se ha dado sobre la diversidad de genes relacionados, ha permitido el desarrollo de nuevos tratamientos que prometen cambiarle la cara a esta enfermedad que sigue siendo el gran reto del mundo científico.

Disminuir su incidencia se hace difícil cuando los factores causantes son, en la mayoría de los casos, indeterminados. Sin embargo, reducir la tasa de mortalidad y apuntarle a que sea una enfermedad crónica con la que se pueda convivir cada vez por más años, parece ser la gran apuesta.

Aunque suena contradictorio, la incidencia de cáncer en Colombia y el mundo va en aumento, sin embargo, según afirma el director de cancerología del Hospital Pablo Tobón Uribe, Juan Felipe Combariza, esto se debe a que la mortalidad por la enfermedad ha disminuido de manera importante y en consecuencia de eso cada vez se ven más personas con la enfermedad. Además, la gran mayoría de casos se dan en personas mayores de 60 años y en la actualidad enfrentamos una pirámide poblacional que ha cambiado, “con el aumento en la esperanza de vida, la probabilidad de estar vivo a los 70, 80, 90 años cada vez es mayor; y al tener mayor edad, mayor es el riesgo de cáncer”, enfatiza.

Ante esta mayor tasa de incidencia, la opción está en mejorar los tratamientos y la calidad de vida de los pacientes. Los avances científicos han permitido que hoy en día haya un mayor conocimiento de los diferentes genes relacionados con la enfermedad. “Hemos entendido que el cáncer de pulmón no es solo uno, sino que son un montón diferentes. Antes hacíamos lo mismo para todos; ahora sabemos que cada uno se comporta diferente”, afirma el especialista al explicar que, gracias a esto, se han precisado los tratamientos, mejorando tanto la tolerancia a los mismos como la supervivencia.

Y es que los efectos secundarios en la quimioterapia tradicional por ejemplo, ya no son los mismos de antes. La llamada medicina personalizada o de precisión ha permitido entender cómo se comporta la enfermedad en una persona determinada e inferir así el comportamiento futuro de la misma. Esto ha permitido avances en nuevos tratamientos, como la inmunoterapia o las terapias dirigidas que son mejor tolerados que la quimioterapia tradicional.

El oncólogo clínico Mauricio Luján explica que los tipos de cáncer en los que más se ha podido avanzar gracias a la inmunoterapia son el gastrointestinal, el de pulmón, el de colon, el melanoma maligno y el de mama. Particularmente, en este último, quizá el principal avance se ha dado en la identificación de la proteína HER2, lo que ha permitido caracterizar los diferentes subtipos de este carcinoma para tratarlos de forma individualizada. Si bien, el de mama sigue siendo el que más se presenta en las mujeres, los avances médicos han llevado a que la tasa de supervivencia se haya doblado en los últimos años.

La mejor estrategia de supervivencia

La mayoría de cánceres no se pueden prevenir. Por lo menos, no de manera contundente. Es cierto que medidas como no fumar, en el caso del carcinoma de pulmón; cuidar la exposición al sol, frente al piel, y, en general, mantener una dieta sana, rica en fibra, frutas y verduras, es clave para disminuir las probabilidades de sufrir un cáncer asociado a estos factores externos. Sin embargo, la forma más efectiva de contrarrestar la enfermedad es diagnosticarla a tiempo.

Probablemente hay también influencia de factores medioambientales como es el caso del cigarrillo y el asbesto con relación al cáncer de pulmón, pero la realidad es que la mayoría no tienen un factor desencadenante determinado. Tal vez el único tipo que se puede prevenir completamente es el de cérvix, por medio de las vacunas contra el papiloma, pues este está claramente asociado a la infección por dicho virus. La radiación, las ondas electromagnéticas y la alimentación son algunos de los factores que se asocian al cáncer pero lo cierto es que aún no se puede decir hasta qué punto ni en qué nivel deberían ser controlados para evitar una eventual aparición de la enfermedad.

“Cuando la gente oye la palabra cáncer siempre tiene en la cabeza la muerte, pero hoy en día lo más probable es que en cinco años la mayoría estén vivos, muchos en diez años, incluso en 20 años... Entonces, hay cosas por hacer”, afirma el doctor Combariza al sostener que la verdadera estrategia de supervivencia está en el diagnóstico temprano.

En nuestro país existen pruebas para la detección precoz del cáncer de mama, cuello uterino, próstata, colon y recto, siendo estos los tipo con mayor probabilidad de prevención secundaria. Si cualquiera de estos se diagnostica estando en una etapa temprana probablemente tenga tratamiento curativo, mientras si se diagnostican tarde, cada vez será más difícil su cura. (Le puede interesar: Cáncer testicular y otras enfermedades masculinas)

Lo primero que debe hacerse desde cada persona es conocerse bien. Ante cualquier anormalidad que se sienta, “una bolita en alguna parte, una úlcera, una llaga que no mejora, pérdida de peso, sangrado, fiebre de causa no clara, es importante acudir a un especialista”, enfatiza Combariza. El escenario ideal para el especialista es uno en el que cada quien tenga un médico conocido, que sepa los antecedentes familiares e históricos del paciente, que trate a la persona en sus diferencias, y cuente con entrenamiento en las diferentes pruebas de tamización, entre otros factores claves.

 

Apuestas de país

El Plan Decenal para el Control de Cáncer del Gobierno colombiano, busca hacer énfasis en aquellos subtipos potencialmente prevenibles que se siguen presentando con mucha frecuencia en nuestro país.

Es el caso del cáncer de mama, en el cual cerca del 60% de los pacientes llegan con estadios avanzados de la enfermedad, cuando ya prácticamente no es curable.

Lo ideal, explica Juan Felipe Combariza, sería que esa tasa estuviera alrededor de un 20%, como ocurre en otros países.

Contrarrestar el cáncer de cérvix aparece como otra gran apuesta, previniendo la infección por el papilomavirus. Asimismo, se apunta a mejorar la supervivencia de los niños con cáncer que, por ejemplo, en el caso de la leucemia hasta un 80% podría curarse.

 

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