Desafíos de la red pública de salud de Medellín

En sus manos, María de los Ángeles Pérez cuenta una a una las pastillas que acaba de recibir, toma el medicamento y, luego, de revisar que todo esté correcto, vuelve a guardar con pulso tembloroso, el contenido en una bolsa rosada.

Vive en la comuna de San Javier y acude constantemente a la unidad de Metrosalud. “Tengo 81 años, sufro de diabetes. Me dieron unos medicamentos, pero me falta la insulina. Debo trasladarme hasta Industriales, no se dónde queda. Yo ya no veo bien y mis hijos y nietos están muy ocupados”, dice.

Un momento después, señalando su estómago, comenta: “debo aplicarme 30 centímetros diarios de insulina”. Cuando no recibe la sustancia, María, uno de los cerca de 500.000 usuarios de la Empresa Social del Estado, Metrosalud, debe acudir a sus ahorros o pedir dinero a su familia para comprarla, porque es un medicamento del que no puede prescindir. Ella pertenece al régimen subsidiado de salud y está afiliada a Savia Salud, EPS, entidad que no responde por su insulina, una de sus obligaciones, debido a la iliquidez que enfrenta.

La red pública de salud Medellín está conformada por la Empresa Social del Estado, E.S.E., Metrosalud y, el Hospital General de Medellín Luz Castro de Gutiérrez, todos con problemas de iliquidez producto de la crisis que enfrenta el sector en Colombia.

El Hospital General atendió en 2016, un total de 116.598 usuarios, personas afiliadas a Savia Salud EPS, la población pobre sin capacidad de pago; Coomeva EPS y Coosalud, entre otros. Pese a que el hospital no especificó el monto invertido en la atención de estos usuarios, la rendición fiscal señala en el estado de actividades a 2016 una caída del 51,7 por ciento en el excedente del ejercicio (equivalente a ganancia en la empresa privada) es decir, este pasó de 26.757 millones de pesos en 2015 a 12.910 millones de pesos en 2016.

El panorama del Hospital General se complica toda vez que las EPS le adeudaban al 31 de diciembre de 2016, un total de $294.000 millones, suma que supera el presupuesto de la institución, que tiene un monto de 286.466 millones de pesos, explicó su gerente Jesús Eugenio Bustamante. “Nuestra situación económica es de máximo cuidado”, sentenció el funcionario.

En el caso de Metrosalud, entidad que cuenta con nueve unidades de salud, 41 centros de salud y una unidad de salud mental y atiende a unos 500.000 usuarios, al cierre de diciembre a la institución le adeudaban las EPS 68.621 millones de pesos.

De esta cifra, el 38 por ciento tiene vencimiento superior a 360 días. La mayoría de EPS que le deben a un año, hoy están en estado de liquidación, hecho que agrava la posibilidad de recuperar esa cartera.

Tratando de oxigenar la institución, la Alcaldía de Medellín le aportó, a través de la Secretaría de Salud, en noviembre y diciembre de 2016, 25.000 millones de pesos.

No obstante, la inyección de recursos de parte de la Administración, la crisis financiera de la entidad se agudiza si no le cancelan sus servicios. Al respecto, Germán Reyes, presidente de la Asociación Médica Sindical, Asmedas, dijo que es imposible prestar servicios y solo recibir deudas a cambio, esto sin duda, afecta la liquidez de la institución.

Los problemas para el sistema de salud de Medellín y sus usuarios no es solo económico. A este hay que sumarle, por lo menos, cuatro escollos más por resolver: asignación de citas, entrega de medicamentos, utilización racional de los hospitales y demás centros de salud, y el pasivo pensional que también agobia a Metrosalud.

En el caso de las citas ha habido alivio con la activación de un programa por internet, que empezó el primero de octubre y hasta el 14 de diciembre se gestionaron 38.000 citas.

En el uso de la infraestructura física el sistema de salud enfrenta serias dificultades por la congestión de hospitales de alta complejidad por pacientes que no revisten mayor gravedad y pueden ser atendidos en centros de salud u otras unidades médicas.

Sobre este aspecto, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, sostuvo que “muchas veces están vacíos algunos puntos de Metrosalud de primer nivel, mientras que las salas de urgencias de hospitales de mayor complejidad están llenos”.

Para descongestionar los servicios de urgencias de hospitales y clínicas, son redireccionados los usuarios que su situación no representa un riesgo para su vida. Se le notifica a la EPS para que esta le asigne cita externa o prioritaria.

Pacientes que requieren mayores recursos, son atendidos en hospitales y clínicas de mayor nivel de complejidad.

“Hay pacientes que se quedan en la alta complejidad y no son críticos, sino que su patología requiere recursos de este nivel”, comentó, Mauricio Alzate Cataño, director de ambulatorios, del Hospital General.

En Buenos Aires estaba ubicada una unidad hospitalaria que ya fue demolida y en cuya sede se está construyendo una nueva.

Los trabajos generaron algún descontento en los usuarios, quienes deben desplazarse a otros puntos de atención de Metrosalud, hecho que genera más gastos, algunos de ellos insostenibles para las gentes más pobres. Los directivos de la Mesa Ampliada por la Defensa de la Red Pública de Salud de Medellín, expresaron su descontento por esta situación.

Sin embargo, María Eugenia Giraldo, presidenta de la Junta de Acción Comunal de El Salvador, precisó que las personas son atendidas en puntos de Metrosalud en El Salvador, La Milagrosa y Niquitao, y, no ha escuchado ningún descontento. Para rematar, Metrosalud además tiene que lidiar con un pasivo pensional correspondiente a 248 jubilados y por el cual la Alcaldía de Medellín está gestionando, ante el Ministerio de Hacienda, 24.000 millones de pesos. Es un tema de atención urgente para evitar demandas que terminen de agravar una crisis que ya es compleja.