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El peligro que representan las bacterias multirresistentes

24.01.2022 22:06

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El peligro que representan las bacterias multirresistentes
 

 

Puede llegar el día en que no haya antibióticos para infecciones, ni siquiera las más comunes.

MARISOL ORTEGA GUERRERO17 de enero 2022, 12:00 A. M.

Otra pandemia, muy seria y creciente pero silenciosa, tiene en riesgo al mundo. Se trata de la resistencia a los antimicrobianos  (RAM), que ha sido catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las diez principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad.

No solo pone en riesgo la salud de la población, sino también la sanidad animal, el medioambiente y la seguridad alimentaria, así como el comercio internacional, la economía y el desarrollo de los países, y obstaculiza el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como precisaron expertos y líderes mundiales en el Diálogo de Alto Nivel sobre Resistencia a los Antimicrobianos, en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Todo se debe a la presencia y diseminación cada vez mayor de microorganismos (bacterias, virus, hongos, parásitos) que generan resistencia a los tratamientos antimicrobianos a los que antes eran sensibles.

Como resultado, anualmente mueren en el mundo al menos 700.000 personas debido a enfermedades resistentes a los medicamentos, y las proyecciones para 2050 son que más de diez millones de personas morirán por año debido a la RAM.

En esa misma línea, la OMS ha estimado pérdidas económicas que superarían los 100 billones de dólares para 2050, dado que “además de muerte y discapacidad, la prolongación de las enfermedades se traduce en estancias hospitalarias más largas, necesidad de medicamentos más caros y dificultades financieras para los pacientes”, así como afectaciones económicas significativas en la producción agrícola y la seguridad alimentaria.

 

Impacto global

Aunque la RAM es un fenómeno que aparece de forma natural con el tiempo, generalmente por modificaciones genéticas de los microorganismos, como parte del proceso de adaptación de estos al medioambiente, y por la transferencia de genes de resistencia entre ellos, “sabemos que existen distintos factores que la impulsan, como el uso inadecuado que en ocasiones se hace de ellos en medicina humana, medicina veterinaria y producción de alimentos”, señala el doctor Rodolfo E. Quirós, consultor internacional de la OPS, Programa Especial de Resistencia a los Antimicrobianos, en Washington.

Entonces, “los microorganismos se convierten en ‘armas letales indestructibles’ y es aún más preocupante que, una vez se cuenta con un nuevo antibiótico, las bacterias rápidamente encuentran formas evasivas de sobrevivir a su acción; de esa forma generan resistencia y dejan a los pacientes sin alternativas terapéuticas”, dijo la doctora Gina Tambini, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) Colombia, al instalar el evento científico Avances en Resistencia Antimicrobiana: Un Enfoque Regional y Nacional, en el marco de la Semana Mundial de Concientización sobre el uso de los Antimicrobianos, con el lema ‘Corre la voz, frena la resistencia a los antimicrobianos’.

Lo que la gente ignora es que esta problemática “compromete la continuidad de muchos procedimientos vitales para la salud, entre ellos los trasplantes de órganos o las cirugías de alto impacto; la supervivencia de pacientes en las unidades de cuidado intensivo (UCI), los tratamientos inmunosupresores para cáncer; el manejo de enfermedades como neumonía bacteriana, tuberculosis, infección de vías urinarias, sepsis, entre otros”, explica Germán Esparza, consultor nacional de resistencia antimicrobiana y fellow de investigación del programa Sort It de la OPS/OMS.
Para contrarrestar la RAM, se creó el Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (GLASS, por su sigla en inglés) y se adelantan otras estrategias, pero aún queda un largo camino por recorrer.
Una de las principales dificultades para la contención efectiva de la resistencia antimicrobiana es su naturaleza multifactorial, y entre otros desencadenantes, la OMS destaca: el uso indebido y excesivo de antimicrobianos; falta de acceso a agua potable, saneamiento e higiene (ASH) tanto para las personas como para los animales; medidas deficientes de prevención y control de las infecciones asociadas a la atención en salud; explotaciones agrícolas; acceso limitado a medicamentos, vacunas y medios de diagnóstico asequibles y de calidad; falta de sensibilización y conocimiento sobre el tema e incumplimiento de las normativas.

La salud humana. Ese es el campo donde más se ha hecho visible esta problemática, agravada por la incidencia de hábitos y costumbres como el uso indiscriminado de medicamentos, entre ellos los antibióticos, cuya consecuencia, sin duda, es la resistencia microbiana, precisa el doctor Andrés M. Pérez-Acosta, Ph. D., profesor titular del programa de Psicología de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario y responsable del Observatorio del Comportamiento de Automedicación de la institución.

En general, desde el Observatorio se ha encontrado un amplio mapa de motivaciones para automedicarse, no solo con antibióticos, las cuales van desde cuidar la salud hasta su uso como dopaje, por diversión, en criminalidad o para terminar con la vida.

 

El covid no ayudó

Además, en 2020 y 2021 la pandemia por el covid incrementó seriamente el uso indebido de antibióticos, tanto por automedicación como por formulación, en unos casos como respuesta a un instinto de supervivencia, es decir, a querer ‘estar protegidos’ contra el nuevo coronavirus, desconociendo que su origen es viral y no requiere antibióticos.

El problema también se extiende al sector agropecuario. La resistencia antimicrobiana “se presenta, además, en los animales de producción que tienen riesgo de alto o mediano uso de antibióticos, como la producción de aves, porcinos y bovinos. Un poco menos en peces y en conejos y otras especies menores, e incluso en las mascotas”, dice la doctora Pilar Donado, médica veterinaria, Ph. D., investigadora sénior de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria.

 

La pandemia por el covid incrementó seriamente el uso indebido de antibióticos, tanto por automedicación como por formulación

Diversas costumbres inciden en ella, como “la carencia de información sobre el uso adecuado de antibióticos por parte de los productores en sus fincas; la utilización de antimicrobianos sin prescripción del médico veterinario; no cumplir las indicaciones de los tratamientos prescritos o suspenderlos al ver cierta mejoría”, indica el doctor Edilberto Brito Sierra, médico veterinario y zootecnista, coordinador del Grupo de Inocuidad en la Producción Pecuaria del Instituto Colombiano Agropecuario.

Preocupa el uso de promotores de crecimiento, pese a estar prohibidos en Colombia (Resolución 22747 de 2018), que se dan para aumentar el índice de engorde o la eficiencia de la alimentación, y que terminan generando resistencia en infecciones animales, pero también la transferencia de genes de resistencia a los humanos.
Otra problemática es el riesgo de contaminación de alimentos que se producen en granjas o fincas, porque si estos van contaminados, por ejemplo, de bacterias como Salmonella, se puede contaminar la planta de beneficio; de allí, los puntos de venta y directamente pasar a los consumidores.
Por eso, hoy se adelanta un importante trabajo para cuidar la salud desde la granja hasta la mesa y se han establecido ‘Las cinco claves para la inocuidad de los alimentos’, y esto incluye contrarrestar el impacto de la RAM en los diferentes puntos de la cadena alimentaria.

De otro lado, “el medio acuático constituye el hábitat natural de un gran número de microorganismos y se considera uno de los principales receptores de antimicrobianos, bacterias resistentes y genes de resistencia a antibióticos (ARG) provenientes de las actividades humanas y considerados contaminantes emergentes, dada su capacidad de amplificarse, difundirse y persistir en el medioambiente”, explica Judy Natalia Jiménez Quiceno, Ph. D. en microbiología, coordinadora de la línea de Epidemiología Molecular y Resistencia Bacteriana del Grupo Microba, de la Universidad de Antioquia.

Esto puede suceder de múltiples maneras. Por ejemplo, “en los hogares y en los hospitales si hay un uso excesivo de medicamentos como los antibióticos, estos residuos se excretan a través de la orina o las heces y van a las aguas residuales; de igual forma, en los hogares e industrias utilizamos productos de limpieza que tienen componentes que van a generar una presión de selección sobre las bacterias ambientales, y de allí, si no se toman las medidas, pueden pasar, a través del riego, a las plantas y a los animales (al beber agua) y volver al hombre”, explica la doctora Jiménez.

Dentro de todo este contexto, la educación de la comunidad se convierte en un pilar en la lucha contra la RAM. “Debe educarse con respecto a lo que es un medicamento y qué efectos tiene; para entender al medicamento hay que tenerle respeto, usarlo para lo que es, en la dosis indicada y de la forma sugerida”, entre otros temas, aconseja el profesor Pérez, y este es un eje central de las políticas mundiales para contrarrestar la RAM.

 

El caso de la tuberculosis

Es cuestión de tiempo para que la humanidad se quede sin antimicrobianos eficaces. Basta mirar el ejemplo de la tuberculosis (TB), la gonorrea, la lepra, el sida y otras enfermedades.

Aunque se han salvado más de 63 millones de vidas desde el año 2000, gracias a la estrategia mundial contra la TB, la bacteria Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch, causante de esta enfermedad respiratoria, altamente contagiosa, presenta cada vez más mayores tasas de resistencia, señala la OPS en su sitio web Colombia Trabaja Unida para Combatir la Resistencia a los Antimicrobianos, que hace parte del proyecto de la UE y que fue lanzado el pasado 19 de noviembre.

“La tuberculosis multirresistente sigue siendo una amenaza para la salud pública. La resistencia a la isoniazida y la rifampicina, los dos fármacos de primera línea más eficaces, es motivo de gran preocupación”, señala la OMS en su reciente Reporte Global sobre Tuberculosis 2021.

 

Colombia avanza en la lucha contra la RAM

En Colombia, que hoy se posiciona como líder en la región Andina, se adelanta un trabajo interdisciplinario y multisectorial, se cuenta con redes regionales de vigilancia y en 2018 se publicó el Plan Nacional de Respuesta a la Resistencia a los Antimicrobianos.

Desde 2020, Colombia, junto con Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, fueron escogidos para hacer parte del proyecto de cooperación tripartito ‘Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos’, con el enfoque de ‘Una salud’; el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), y con la financiación de la Unión Europea (UE), el cual se extenderá hasta 2023.

Para el desarrollo del proyecto se conformó una mesa intersectorial integrada por el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS), y sus instituciones adscritas: el Instituto Nacional de Salud (INS) y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima); el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR), con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia), y, más recientemente, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS).

MARISOL ORTEGA GUERRERO
Para EL TIEMPO

 

 

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