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El poder de la vacunación: 30 años sin polio en Colombia

14.12.2021 17:39

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El poder de la vacunación: 30 años sin polio en Colombia

POR LAURA FRANCO SALAZAR | PUBLICADO EL 13 DE DICIEMBRE DE 2021

 

Hace 30 años no se registran casos de polio salvaje en el país. Un trabajo en el que se sumaron muchos para lograrlo.

Había una celebración casi a diario en los barrios. Pasacalles, carteles, bombones y terrones de azúcar para los niños. ¡Qué fiesta! Entre 1986 y 1991 las campañas de vacunación parecían festivales o incluso jornadas electorales de tanto movimiento y dinamismo.

Así lo recuerda Luciano Vélez Arroyave, médico especializado en Medicina Preventiva y Salud Pública, uno de los profesionales que hizo parte del Comité Nacional de Erradicación de la Polio en Colombia. “Hacíamos publicidad con carteles para que la gente saliera a vacunar a sus niños, había unos que incluso repetían la fila para recibir otro bombón”, narra.

La poliomielitis (conocida también solo como “polio”) fue erradicada en Colombia hace 30 años, es decir, desde 1991 no se registra un solo caso de polio salvaje. El último estuvo en Arjona, Bolívar.

Lograrlo fue posible por la suma de muchos; trabajaron la organización internacional Rotary, el Ministerio de Salud, las secretarías departamentales, municipales y los medios de comunicación. Todos cumplieron un papel fundamental durante esos cinco años.

Comenzar con fuerza

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó en 1974 el Programa Ampliado de Inmunización (PAI). A través de él y la inversión de más de 300 millones de dólares la viruela logró ser erradicada.

El último caso fue registrado en 1977 en Somalia, y para 1979 se certificó su erradicación a nivel mundial. “Luego se empezó a hablar de cuál sería la próxima enfermedad a erradicar y desde Rotary International se propuso que fuera la poliomielitis en vista de que causaba, para ese entonces, cerca de 350.000 casos de parálisis en niños (una de sus secuelas más impactantes, también conocida como “pierna seca”) a nivel mundial y uno que otro adulto cada año”, continúa Vélez.

Seis años después (1985), la OMS decidió no hacer parte de la erradicación de esta enfermedad en el continente americano en vista de que seguía comprometida con el PAI, que buscaba también la prevención de la tuberculosis, la difteria, la tosferina, el tétano y el sarampión. “Rotary sí se comprometió y empezó a recaudar fondos entre los rotarios del mundo y a recibir donaciones”.

Ese “no” duró poco. En 1988, la Asamblea Mundial de la Salud se pronunció a favor de erradicar la polio, y se creó una alianza contra la poliomielitis entre la OMS, los Rotarios, la Unicef y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU.

A nivel continental el último caso fue registrado en Perú, también en 1991. Tres años después la OMS, tras un largo proceso de documentación y verificación, certificó a la región como libre de la circulación de poliovirus salvaje.

 

Salvaje, ¿y doméstico?

Son tres los tipos de poliovirus. El tipo 2 fue erradicado a nivel mundial en 1999, el tipo 3 se notificó por última vez en 2012 en Nigeria y el tipo 1 sigue afectando en la actualidad a los países de Pakistán y Afganistán, dificultando así su erradicación en todo el globo.

Ahora bien, ¿por qué se hace la acotación de “salvaje”? Es probable que al hablar de este tema haya venido a su mente una imagen popular: la vacuna oral, en gotas, contra la polio. Esta, explica Carlos Guillermo Garcés, infectólogo pediatra y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, funcionaba con los tres serotipos vivos atenuados (con menos virulencia y poca capacidad de hacer daño).

Al tomarse, los virus atenuados llegan directamente al intestino (donde el virus salvaje se replica normalmente) y desencadena allí una respuesta inmune de calidad, simulando muy bien una infección natural.

En ese sentido, “un niño vacunado podía eliminar en las heces virus vacunales que a su vez podían enfermar a otra persona”. De hecho, continúa el docente, en el siglo XXI se han registrado algunos casos de polio (no salvaje) derivados de la vacuna.

¿Es eso preocupante? No. Estos registros e infecciones asociadas a la vacuna no implican la gravedad que sí puede presentarse con el polio salvaje. Incluso, el Ministerio de Salud y Protección Social, en un informe sobre vacunación, explica que el hecho de que un niño no vacunado entre en contacto con virus excretado por un niño vacunado puede contribuir positivamente a la inmunidad de rebaño.

Así nos vacunaron

En pro de continuar con la erradicación de los tres tipos de virus (salvajes) y de eliminar los derivados de la vacuna (que si aumenta en contagios puede recuperar su virulencia), en 2013 el Consejo Ejecutivo de OMS aprobó sustituir la vacuna oral trivalente (con serotipos 1, 2 y 3) por la bivalente (con serotipos 1 y 3), y al mismo tiempo recomendó incluir al menos una dosis de la vacuna inyectada (que es con virus inactivado o “muerto”, que no se replicará como el atenuado) para que siga habiendo protección contra el serotipo 2.

En Colombia la vacuna, gracias a la cual no se presentan casos de esta enfermedad desde 1991, se pone a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad, con un refuerzo adicional a los 5 años. “A partir del año pasado las primeras tres dosis en el país son inyectadas (y aunque la oral sigue funcionando) la meta actual es que todas lo sean así en el mundo”, afirma Garcés.

¿Qué hizo entonces que la vacuna oral fuese la predilecta en un principio? Para ese momento (en el 85 cuando inició el proceso de erradicación), la vacuna inyectada tenía un inconveniente: no había jeringas desechables, cuenta el médico Vélez, eran de vidrio, debían hervirse para esterilizarlas y ser usadas por personal capacitado.

“La vacuna oral fue la elegida también por la facilidad de portarla: cualquier inspector de sanidad, en cualquier escuela rural puede vacunar a los niños, lo único es cuidar la refrigeración en un termo. Por eso la vacuna con la que se logró erradicar fue esa”.

Finalmente, la probabilidad de que el virus vacunal pasara de los excrementos a otra persona se redujo gracias a las buenas prácticas de sanidad, alcantarillado y lavado de manos.

 

Éxito amenazado

El virus del polio salvaje no encuentra hace 30 años personas susceptibles a las cuales enfermar. “Se le fue complicando la vida porque no tiene niños para infectar”, dice Vélez, y celebra que el país ha logrado mantener altas tasas de vacunación que van desde un 80 % a más de un 90 %.

De acuerdo con MinSalud, en el país hay actualmente 3.000 puntos de vacunación públicos y privados disponibles para ofertar los biológicos del Esquema Nacional de Vacunación de manera gratuita. No obstante a esto, a inicios de noviembre, la cartera informó que debido a la pandemia causada por la covid-19, la tercera dosis de polio en menores de un año (con corte a septiembre) presentó una disminución con respecto a años anteriores, lo que podría poner en riesgo los logros alcanzados hasta la fecha.

“Se requiere el compromiso de todo el sector salud (y las familias) para impedir la reaparición de casos de polio salvaje en el territorio nacional”, expresó en un comunicado oficial Claudia Cuéllar, subdirectora de Enfermedades no Transmisibles de MinSalud.

¿Qué aprender?

“Costó trabajo, pero vemos que sí se puede, al menos controlar una enfermedad, gracias a la vacunación”, comenta el médico Garcés. La viruela, la única erradicada a nivel mundial, también llegó a ese nivel a través de las vacunas.

Por ahora no puede hablarse de la erradicación del SARS-CoV-2 (por su alta tasa de mutación y la falta de vacunas esterilizantes), pero sí puede apostársele a la disminución de la gravedad de los contagios, la mortalidad e incluso las secuelas.

“Cuando había polio era usual ver personas con una pierna más delgada que la otra, inclusive, sin poder caminar. Esa imagen ya nadie la tiene”, complementa, quedó difuminada gracias a un proceso largo de estrategias, compromisos y jornadas festivas en torno a la vacunación en cada rincón del país.

 

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