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Lo que debe saber sobre los cálculos de la vesícula, rocas peligrosas

15.09.2019 22:50
 

Lo que debe saber sobre los cálculos de la vesícula, rocas peligrosas

Es más frecuente en mujeres que en hombres, sus síntomas son variables y puede ser grave.

Los cálculos en la vesícula biliar configuran una enfermedad frecuente. Colelitiasis es el término técnico con el que se conoce esta patología, que además es la causa más común para extirpar este órgano, tanto que solo en Estados Unidos se sacan 750.000 vesículas al año, en Europa algo más de 1,2 millones y en Colombia un número importante también.

Se sabe que las mujeres son un poco más afectadas y el procedimiento es tan seguro que se calcula que hay menor de una muerte por cada mil cirugías.

Pero antes de hablar de los cálculos, que son considerados unas piedras dolorosas y potencialmente peligrosas, Luis Alberto Parra, cirujano general de la Universidad Nacional, explica que la vesícula biliar es un pequeño órgano hueco, en forma de breva (higo), incrustado en la cara inferior del hígado, que almacena la bilis elaborada con desechos de la hemoglobina.

En este órgano en forma de bolsa estas sustancias se concentran y forman una especie de jabón que el cuerpo utiliza para digerir las grasas.
 

Para actuar, la vesícula tiene unos conductos conectados con las vías biliares que permiten que la bilis llegue al intestino delgado (duodeno), que por su cercanía con la cabeza del páncreas se une de manera efectiva a todas las enzimas que procesan los alimentos.

Pero y entonces, ¿de dónde salen las piedras?

La formación de los cálculos de la vesícula (colelitiasis) se debe a múltiples factores, como el hecho de ser mujer por los estrógenos; la herencia, es decir familiares con cálculos; la dieta abundante en grasas; alteraciones sanguíneas como la destrucción de los glóbulos rojos (hemólisis); disfunciones en los movimientos de la vesícula o que haya una obstrucción para drenar la bilis que guarda. Esto hace que se precipite el colesterol y los pigmentos biliares y formen una especie de barro biliar que poco a poco se espesa hasta endurecerse como roca, con diferentes tamaños, consistencias, formas y colores.

¿Cuándo aparecen los primeros síntomas?

Es importante saber que los cálculos de la vesícula pueden estar mucho tiempo sin manifestar algún síntoma. Durante algún tiempo pueden aparecer algunos malestares digestivos, como de indigestión o dispepsia (distensión abdominal, dolor leve, gases).

Con el tiempo pueden llegar otros síntomas como dolor difuso en el abdomen que poco a poco se concentra en el reborde inferior de las costillas al costado derecho, que se propaga al hombro y complica el diagnóstico.

En casos de obstrucción puede sobreinfectarse e incluso acumular pus, lo que configura un cuadro urgente por riesgo de desencadenar peritonitis. En otros, los cálculos pequeños pueden salir de la vesícula y obstruir la vía biliar, lo que hace que la bilis pase a la sangre y le proporcione un color amarillo característico a la piel y a las mucosas, que se conoce como ictericia. Este evento es muy grave, pues causa una infección generalizada que puede llevar a la muerte.

Y si los cálculos pasan al páncreas y obstruyen su drenaje puede desencadenar una inflamación grave de esta glándula (pancreatitis), que requiere intervención inmediata.

¿Cómo se diagnostican los cálculos?

De entrada los síntomas pueden orientar el diagnóstico y conjuntamente con el examen físico permiten un acercamiento que debe confirmarse con exámenes específicos. De ellos, la ecografía es la más común, lo mismo que la resonancia nuclear magnética, el TAC y recientemente un examen que al mismo tiempo puede ser terapéutico: la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), que en realidad es una endoscopia que con amplificación de imágenes logra extraer los cálculos, hacer drenajes y toma de muestras.

Otros exámenes complementarios son los de sangre, para saber cómo está la bilirrubina y los glóbulos blancos.

¿Cómo es el tratamiento?

El tratamiento por lo general requiere cirugía, que consiste en la extirpación de la vesícula y con ella, los cálculos. Hoy en día para realizar este procedimiento se utilizan técnicamente mínimamente invasivas que a través de pequeñas insiciones permite la extracción completa de este órgano con una recuperación más rápida y menos complicaciones. En Colombia ya está cubierto por el sistema de salud.

Por otro lado, también se pueden requerir, dependiendo de la gravedad, drenajes de la vía biliar y en casos extremos reconstrucción de las vías biliares.

¿Cómo se previene esta enfermedad?

Aunque existe un patrón hereditario muy marcado, es importante regular la dieta, mantener el colesterol en parámetros normales, tener hábitos saludables como ejercicio regular para mantenerse en el peso adecuado y controles médicos si hay algún síntoma. Cuanto antes se identifique mejor y siempre se recomienda que los 

 

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