"Más de lo mismo"

Junio 15

Cronicadelquindio.com

Alguien dijo que aquí pasa de todo para que nada pase. Después de estas elecciones, gane quien gane, seguiremos en las mismas.

Solo el campeonato mundial de fútbol, asunto de interés colectivo, romperá el marasmo pos-electoral. Es que el destino quiere compensar a los perdedores con la emoción que despierta el deporte de las multitudes. Y hacernos olvidar ofensas, intrigas y la suciedad de la campaña. Ya viene la calma chicha.

Después de ella se reanuda la lucha por la vida. El campesino volverá al tajo aún sin la esperanza de que el gobierno cumpla los pactos. La temporada de promesas ya pasó. Los mayores sufrirán su desventajosa lucha por alcanzar una modesta pensión. Millones de pacientes seguirán haciendo humillantes colas por una cita médica.

Las EPS que deben atenderlos, continuarán llenando sus arcas con los jugosos réditos que deja la plata de la salud. Clínicas y hospitales cerrarán servicios asfixiados por la insolvencia. Las multinacionales recrudecerán su ataque perverso contra la naturaleza buscando arrancarle chispas de oro mientras el gobierno se hace el de la vista gorda ante el irreversible daño ambiental. A propósito, si al presidente le mortifica la concesión a la minería del 70% del Quindío, ¿por qué no usó su poder para corregir el atropello?

Los gobernantes que el pueblo eligió se preparan para ungir, como en rancias monarquías, a sucesores que les permitan seguir detentado el poder que conduce al tesoro público, único motivo de su “apostolado” de servicio que solo es un sofisma. Vale decir, el machete para coronar ambiciones. En el Quindío ya suena el cascabel y se engordan las chequeras para convencer al populacho. La política ya no existe. Ahora se hacen negocios. El pueblo no vota, vende. Y el del afiche compra el derecho de hacer leyes para su provecho.

Los periodistas volverán a registrar lo mismo. Más ataques de los “amiguis” de Santos por acá, un hostigamiento por allá. Caen soldados y policías. Putin contra Obama y viceversa. Maduro contra el pueblo, Correa contra la prensa, Ortega contra Costa Rica, Evo contra Chile y así sucesivamente. Los dictadorcitos que poco a poco van infectando a América, sin que el poderoso Sam se dé por enterado, endurecen la opresión. Y aquí entre nos, a esos dueños del poder, ¿quién les dio permiso para declarar la oposición como delito? Queda servido el menú de lo que viene. Que es más de lo mismo.

Si gana Zuluaga, que sea lo que Dios quiera. Si gana Santos que venga la paz. Aunque lo que veremos es igual a un techo con cien goteras. Pero el empecinado dueño del tugurio… ¡insiste en tapar una no más!