Niño indígena se debate entre la vida y la muerte esperando traslado

Faiber Olea, un niño embera de ocho años, se debate entre la vida y la muerte mientras espera, en una camilla del hospital de Vigía del Fuerte, a ser trasladado a Medellín.

Cuando ingresó el domingo pasado los médicos le diagnosticaron malaria, infección urinaria y desnutrición severa, y le dijeron a los padres que el niño debía ser trasladado pronto a un hospital de nivel 3 donde pudieran darle los cuidados necesarios. Entonces empezó el suplicio.

El lunes en la mañana, los médicos remitieron la historia clínica y la solicitud de traslado a la EPS Asociación Indígena del Cauca (AIC), con sede en Popayán. Y aunque Faiber tiene las plaquetas bajas, el hígado inflamado, los pies hinchados y 38 grados de fiebre, aún no ha sido trasladado a un hospital donde le puedan salvar la vida.

Estela Potes, enfermera jefe de la AIC, dice que ellos han hecho los trámites para trasladar al niño, pero que por cuestiones logísticas no se ha podido.

Según Potes, ellos llamaron a la Clínica Panamericana de Apartadó, donde les dijeron que no había cupo, igual que en el Centro de Recuperación Santa Ana de Medellín. Comentaron el caso en la IPS Universitaria sede Apartadó, pero nunca les dieron respuesta. Tampoco respondieron del hospital de Santa Fe de Antioquia, ni del Francisco Valderrama de Turbo, ni del San Vicente de Paúl de Medellín.

El martes 3 de mayo, la doctora Cristina Palacios, encargada del caso de Faiber, alertó nuevamente a la EPS: “el niño debe ser trasladado inmediatamente aunque haya que declarar urgencia vital”.

De la EPS respondieron que aunque hubiera cama en un hospital de Medellín, aún no habían solucionado el problema del transporte, porque de Vigía del Fuerte sólo salen avionetas pequeñas en vuelos comerciales.

La enfermera Potes cuenta que intentó comunicarse con todos los pilotos que vuelan a Vigía del Fuerte, pero no obtuvo respuesta. Además, dice, la aerolínea que tiene convenio con la EPS no puede llegar hasta allí “porque sus aviones son muy grandes y la pista muy pequeña”.

Este jueves, por fin, la AIC pudo contactar a un piloto que presta servicios comerciales en el municipio, pero como cobra por adelantado y los trámites exigen autorización del desembolso, el vuelo sólo podrá salir hasta este viernes a las nueve de la mañana.

“Nos hemos estado moviendo”, dice Potes, “pero son trabas administrativas que se nos salen de las manos. La AIC ha estado muy pendiente del paciente”.

Pero ni la comunidad ni los funcionarios del hospital de Vigía del Fuerte sienten que la EPS haya prestado suficiente atención.

“Cada vez que llamamos nos dicen que el vuelo llega más tarde, que en una hora, que en dos horas, que vuelos no hay. Pero si han estado llegando otros vuelos comerciales, ¿por qué nunca aparece el de Faiber? Están dilatando el tiempo para evadir responsabilidades”, denuncia Graceliano Cuesta Arroyo, gerente del Hospital de Vigía del Fuerte.

Según la doctora Palacios, “sacar un indígena de acá es un problema. No es el primer caso que tenemos”.

Cuesta agrega que para él la demora se debe a la falta de compromiso de la AIC con el dolor de las comunidades. “En este momento dependemos de las ganas de vivir del niño”,dice el funcionario.