S.O.S. de una niña que clama por un nuevo corazón

Alanis Henao, de 11 años, lleva 3 meses sobreviviendo con un corazón artificial. Hacen llamado.

Soñadora, alegre y con carácter: así es Alanis Henao Patiño, una niña de 11 años que sueña con llegar a ser médica, una profesión que dice admirar profundamente porque permite ayudar a los demás.

Sin embargo, una afección en su corazón no solo tiene en jaque sus sueños, también su vida. De hecho, lleva tres meses esperando un donante que le permita seguir adelante.

Leonardo Salazar, director del Programa de Asistencia Ventricular de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), en Bucaramanga, el corazón de Alanis se vio afectado por una infección cuando ella tenía un año de edad, por lo que desde entonces ha recibido tratamientos para mantenerla estable; sin embargo, el primero de marzo la niña colapsó y tuvo que ser hospitalizada en la Clínica Cardio VID de Medellín, donde recibió un diagnóstico poco esperanzador: necesitaba urgente un nuevo corazón.

Entonces fue trasladada a la FCV, donde sobrevive con un corazón artificial; aunque su condición es estable, a los médicos les preocupa el largo tiempo que lleva conectada a este aparato, cuya vida útil es de un mes: "Cuando este tiempo se extiende se pueden producir trombosis cerebrales, por lo que la pequeña está continuamente en peligro. Hemos prolongado la vida de este artefacto cambiándole componentes, pero cada cambio produce riesgos para ella. Alanis ha presentado complicaciones que han sido manejables, pero no siempre se cuenta con la misma suerte; por eso la urgencia de que aparezca un donante", explica Salazar.

El médico explica que en los últimos 15 días hallaron tres posibles donantes compatibles con la niña, pero no recibieron la autorización de los familiares. “Entendemos esta actitud, porque la donación es un proceso emocional, mediado por la pérdida de un ser querido. Además, los escándalos mediáticos sobre supuesto comercio de órganos han generado desconfianza, y esta acción depende mucho de que la gente confíe en que se trata de un acto altruista y que ese regalo que hacen lo recibirá una persona que realmente lo necesita”, dice el especialista.

Alba Patiño, mamá de Alanis, es consciente de que tomar la decisión de donar el órgano de un familiar, sobre todo el de un niño, es complejo, pero invita a las personas a reflexionar sobre el hecho de que la donación contribuye a salvar vidas, a dejar huella en este mundo. "Espero que se solidaricen con mi hija; aunque ella ha tomado esta situación con una gran fortaleza, requiere pronto un corazón para poder seguir con vida”, dice Alba.

Todos a donar

Dramas como el de Alanis y su familia son cotidianos, toda vez que en Colombia los niveles de donación de órganos siguen bajos, pese al repunte que tuvo este año, en el que 195 personas han realizado este acto de generosidad.

En ese sentido, el Ministro de Salud, Alejandro Gaviria, en el marco del Día Mundial de Donación de Órganos que se celebró el miércoles, hizo un llamado a que las personas tengan en cuenta que con un donante pueden beneficiarse hasta 55 individuos.

Para la directora del Instituto Nacional de Salud, Marta Ospina, los mitos urbanos alrededor del tema son los causantes de la baja donación, pero señala que también existen razones religiosas para que algunos se nieguen.

No obstante, si la gente tiene mayor información sobre aspectos clave será más fácil donar, y cita varios ejemplos: no es cierto que haya tráfico de órganos, el donante siempre será anónimo y un donante puede ser efectivo, incluso si ha sufrido enfermedades.